Al final lo van a conseguir. Parece que se lo han tomado en serio. Nunca antes la clase en el poder había estimulado tanto al resto de sus coetáneos para conseguir una revolución. Un par de vueltas de tuerca más y esto saltará por los aires. Si es para mejor, bienvenido sea.
Toda la historia luchando por conseguir derechos humanos y ahora resulta que ni libertad de expresión ni conciliación de la vida personal y laboral. De la vivienda digna, mejor no hablamos.
Del trabajo por cuenta ajena
A pesar de lo que te digan, ni siquiera eres un empleado. Hasta que cambiemos el sistema eres un negocio en ti mismo. Cuando antes te des cuenta mejor: es posible que no te estés saliendo rentable. Te lo han dicho de muchas formas, pero es difícil abrir los ojos. ¿Te haces competencia desleal?
Al sistema económico no le importan las personas. Hasta el extremo que deshumaniza a los elegidos para tomar decisiones. Los aparta tanto de la realidad que acaban haciendo tonterías. Y a los demás no nos queda más remedio que reírselas… que para eso les hemos votado ¿hasta cuando vamos a seguir con este juego?
Es para estar descontento. Y muy indignado.
No me parecería mal que ampliasen la jornada laboral a 65 o más horas, siempre y cuando supusiera la internalización de los costes del trabajador por parte del empresario. Para rendir en el curro incurrimos en transporte, alimentación, descanso… ok, me pagas 65 horas a la semana en las que incluimos, cada día: 45 minutos de ir al curro, 45 de volver a casa, una hora de comida, otra media de cena, 6 de descanso y un ratito de desahogo de los marrones laborales y despotrique contra el jefe. Ya puestos, en la nómina me incluyes la cuota de la hipoteca por la solución habitacional que necesitamos para que sea rentable trabajar en tu empresa.
¿Te salen las cuentas? Puedo mantenerme vivo con lo que dejas en el cubo de la basura. Mi familia y mis amigos, a esos a los que renuncio por atender a tus clientes, no lo entenderían. ¡Qué dilema!
Vamos con lo de los blogueros
En cualquier disciplina, parece absurdo exigirle a un aficionado más requisitos que a un profesional. No se qué se exige a un deportista de élite para participar en un torneo de tenis. Pero me parece que para pegar un par de pelotazos contra el frontón de la plaza del pueblo debería bastar con la voluntad de los implicados, que saben a lo que se atienen, asumiendo el riesgo de perder una pelota, de partirse un diente de un raquetazo accidental o de tener que pagar (con lo poco que ganan por hacer otra cosa) la ventana de la vecina que no estaba invitada al partido.
Con la información esto no es así, a pesar de que su veracidad es un derecho reconocido en la constitución. Cualquiera puede trasladar a un medio de comunicación de masas las mentiras financiadas por un grupo de interés. Y cobrar por ello sin que le sea exigible ningún tipo de responsabilidad. Con permiso de sus compañeros de profesión, estos se llaman periodistas. Luego están los políticos, también con permiso de los que no se puedan dar por aludidos, que hacen lo mismo pero directamente: mienten sistemáticamente para mantener su cuota de poder. Se escudan en que hace algún tiempo no había otro sistema para representar voluntad popular.
Parece que para ejercer la afición a escribir y compartir información tendremos que cumplir más requisitos y estar sometidos a más normas que los periodistas y los políticos. ¿Te ganas las lentejas con tu blog? Que sepas que calladito estas igual de feo…
Al final, todos blogueros autónomos:
Total que si quieres dedicarte a algo, lo que sea, tienes que conseguir rentabilizarlo monetariamente, porque entre los costes (no necesariamente monetarios) en los que vas a incurrir y el tiempo que vas a necesitar… es mejor sacar tajada de todo lo que hagas distinto de dormir, comer y relacionarte con tus seres queridos (en los que incluiré todos aquellos, familiares o no, con los que te relaciones sin intercambios monetarios de por medio -por separarlo de la prostitución-).
En resumen:
Como otros muchos, tengo la firme sensación de que estamos en un proceso de cambio. Dejamos atrás un sistema rancio y obsoleto que trata de perpetuarse a sí mismo. No se si será una transición, una revolución o una crisis. Los condicionantes del cambio no me gustan mucho. Lo más perverso del proceso es que vamos a una economía de subsistencia (incluyendo la autosuficiencia energética) y algunos privilegiados que lo saben se dedican a subsistir a costa de los demás. ¡Malditos ladrones!
En fin, muchos temas en uno. Y bien calentitos. Espero que no se os resultase demasiado largo… y que os queden fuerzas para hacer algún comentario.