Leo en la Comunidad ISM, vía @molcru, el titular El Tribunal Superior extremeño anula las DIA de parques eólicos paralizados por la Junta, el desarrollo de la noticia no deja lugar a dudas:
El Tribunal Superior de Extremadura ha dictado once sentencias por las que, de una forma u otra, tendrán el efecto inmediato de dar salida a instalaciones que estaban paradas desde 2008 hasta ahora. Aunque las sentencias se aplican en Extremadura pueden sentar un precedente por otros tribunales regionales. Los fallos tendrán un impacto económico relevante en las zonas elegidas para su instalación.
El Tribunal ha autorizado la instalación inmediata de seis parques porque obliga al Consejo de Gobierno a concederla al decidir el propio tribunal la viabilidad medioambiental y urbanística de las plantas. Aunque la Junta recurra al Supremo, los parques pueden pedir la ejecución provisional.
Es decir, como están de moda los empleos verdes, como tenemos encima una crisis que no mueve ni un duro, como no sabemos gestionar la emisiones de gases de efecto invernadero y como resulta que las compañías eléctricas son dueñas del interés general del país, vamos a poner molinos eólicos indiscriminadamente por todo el territorio, como si no tuviesen un impacto ambiental negativo y como si fuesen la panacea para todos nuestros problemas.
Según el último Informe Anual del Defensor del Pueblo, la Declaración de Impacto Ambiental es un instrumento para la preservación de los recursos naturales y la defensa del medio ambiente que no puede convertirse “en una autorización -más o menos discrecional- para impactar”. Pero parece que, llegado el momento, el medio ambiente y los recursos naturales deben supeditarse al interés monetario de unos pocos, a ser posible, con la connivencia de los poderes públicos.
Con carácter previo a la Evaluación de Impacto Ambiental, la legislación ambiental tiene prevista la Evaluación Ambiental Estratégica. Me pregunto si se habrá tenido en cuenta a la hora de sentenciar a favor de las instalaciones eólicas. En particular, considerando las posibles alternativas al problema energético, incluidos sus correspondientes empleos verdes y flujos monetarios, puede que la opción de ocupar el territorio con molinos no sea estratégicamente óptima.
El problema no son los molinos: son los gigantes, amigo Sancho. El problema es obtener y distribuir energía. Y hay muchas formas de resolverlo, entre otras mediante un modelo descentralizado, que genere la energía a partir de recursos disponibles en los puntos de consumo: sol y viento. Plantemos las azoteas y fachadas de los edificios, naves industriales y cualquier infraestructura susceptible de recibirlos, con paneles solares y molinos para microgeneración.
Espero que, aun siendo demasiado tarde, a la vista de las consecuencias ambientales, económicas, sociales, culturales y de toda índole, de la actuación de nuestros gestores seamos capaces de exigirles las debidas responsabilidades y que paguen en tiempo y forma por el expolio al que nos están sometiendo, a cuenta de una crisis económica en la que nos han metido, precisamente, para tener las manos libres y callarnos las bocas.