En general, me gustan bastante las películas que cogen un hecho o un personaje históricos alrededor de los cuales montan una trama. Especialmente si no tienen pretensión documental y, con la excusa del entretenimiento, te acercan a los acontecimientos o las personas retratados en el filme. Eso es, básicamente, «The Queen», película que, seguramente, me hubiese pasado desapercibida, de no ser por la colección de mediáticos galardones que consiguió Helen Mirren con su papel protagonista.
Tal vez si me hubiese documentado antes de acudir a mi cita con la cinta, o hubiese estado un poco más pendiente del cartel, no hubiese habido lugar para la decepción pero, esperando conocer algo mejor al personaje histórico… me encontré con un panfleto propagandístico sobre la actuación de la familia real británica, y el Primer Ministro, en relación a la muerte de Lady Di.
Así, esta película, que podría ser una más de las que, sobre el tema, sirven de fondo a largas siestas en la tarde del domingo, se diferencia de estas en que aborda la visión de la otra parte: en lugar de ser un ñoño biopic sobre la princesa del pueblo es un duro retrato de familia. Eso sí, nos distrae de las conspiranoias relativas al desgraciado accidente a base de tiernas escenas familiares al más puro estilo Disney, con ciervo incluido y Tony Blair en el papel de príncipe azul.
Y sí, las caracterizaciones e interpretaciones de la mayoría de los actores, las localizaciones, el ritmo con el que se desarrolla en relación a la carga dramática, hacen que la película, como película, sea medianamente entretenida y bastante más que aceptable en relación a lo que hay que ver.