Llegar a fin de mes se me hace cada vez más cuesta arriba, especialmente en lo que al consumo de banda ancha se refiere. A medida que avanza la tercera semana, el servidor en el que tengo alojado este blog (y algún que otro proyecto más) me avisa del riesgo de alcanzar el límite de tráfico web contratado. Cada mes el contador se pone a cero, pero, cada vez con más frecuencia, a partir del día 20 comienzan los avisos. En agosto estuvimos a punto de poner el cartel de cerrado por exceso de visitas. ¿Todo un éxito?
Pues va a ser que no. Analizado con lupa, la mitad del tráfico que soporta mi alojamiento web es de bots, robots, spiders, crawlers y demás fauna cibernética. Máquinas y programas informáticos que se pasean por la red, muchos de ellos con intenciones nada buenas:
- buscar vulnerabilidades,
- recopilar direcciones de correo electrónico,
- robar contraseñas,
- publicar spam y otros contenidos no deseados
- generar visitas falsas para aparecer en los resultados de las estadísticas de tu página web
- y otro montón de cosas que no se me ocurren en este momento, pero para las que seguro que alguna mente perversa, o con afán de lucro rápido, ha programado una solución que succionará el ancho de banda de algún usuario.
Esto tiene dos consecuencias una más global y otra muy particular:
- La global es que mi servicio de alojamiento no es una excepción: la mitad del tráfico web procede, precisamente, de esas máquinas o programas, que, en muchos casos, no aportan nada positivo a la red. Es decir, la mitad del consumo eléctrico, emisiones de gases de efecto invernadero y demás impacto ambiental ocasionado por Internet, se debe a programaciones automáticas que se dedican a intentar robar datos o falsear estadísticas. Por cierto, Google no te muestra este tipo de tráfico malicioso en sus analíticas. Así que, si decides ponerte a hacer números, elige bien qué quieres medir.
- En el ámbito particular, esto supone que la mitad de lo que pago por disponer de un servicio de alojamiento web se va a la basura todos los meses, con el riesgo de exceder el límite de trasferencia y quedarme «colgado» sin página web hasta el mes siguiente. Eso o gastarme más pasta para garantizar mi presencia on-line, normalmente, con un coste mayor.
Así las cosas, dos avisos:
- Si vienes por aquí a final de mes puede que te encuentres con un mensaje que diga que he excedido el ancho de banda. Si es así, puede significar dos cosas: que paso de pagar más por tener blog y estoy volviendo a alguna plataforma alojada, donde ese aspecto quede delegado en el proveedor de servicio; o, simplemente, que no me he dado cuenta a de que he superado el límite y estoy negociando con mi proveedor de alojamiento web.
- He instalado una herramienta que, supuestamente, permite reducir el tráfico no humano y, en consecuencia, reducir mi consumo de banda ancha. La aplicación es Bad Behavior y no tengo muy claro como funciona. Es posible que rechace algunas visitas, bloquee comentarios y os haga la puñeta un poco a algunos de los visitantes del blog. Si es así, y lo detectáis, os ruego me lo hagáis saber para tomar medidas al respecto, una cosa es dejar fuera al tráfico no humano, pero no me gustaría perder a las personas de verdad que paráis por aquí de vez en cuando (que, a la vista de la sequía de comentarios deben ser mi abuela, mi pareja y poco más).
Lo dicho, si eres humano demuéstralo y participa dejando un comentario de vez en cuando: hace ilusión y transforma esto en conversación. ¿Has notado algo raro en el blog últimamente?