Hoy, en mi otro blog, hablo de la reciente publicación de los criterios para la concesión de la etiqueta ecológica a inodoros y urinarios de descarga. Una interesante colección de requisitos para reducir el impacto ambiental de estos productos que todos utilizamos a diario. En la medida en la que los fabricantes adopten estos criterios, y pongan en el mercado inodoros y urinarios ecológicos, podremos quedarnos más tranquilos después de nuestro paso por «el trono».
Los requisitos de acceso al distintivo ecológico europeo incluyen todo el ciclo de vida. Desde la exclusión de sustancias peligrosas en su fabricación a consideraciones para alargar su vida útil y garantizar un desecho que implique el menor daño posible al entorno.
Por supuesto, el principal factor considerado es el consumo de agua. La norma fija capacidades y volúmenes de descarga para las cisternas, de modo que la satisfacción de nuestras necesidades implique el menor desperdicio posible de este recurso cada vez más escaso.
No sé si las cadenas de hoteles y los alojamientos rurales que tan concienciados están con el medio ambiente y el uso del agua, al menos para llenar los cuartos de baño de pegatinas con consignas al respecto, se liarán a hacer reformas para incorporar los nuevos inodoros ecológicos, pero tengo claro que no volveré a mirar igual la taza del váter, y eso que la que tengo en casa cumple, al menos, los criterios relativos a volumen de descarga.
El siguiente paso sería un inodoro sin agua, pero en mi piso lo veo difícil, no sabría dónde poner el espacio para compostar los desechos orgánicos que requiere ese tipo de solución.