Según la Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público:
Son funcionarios de carrera quienes, en virtud de nombramiento legal, están vinculados a una Administración Pública por una relación estatutaria regulada por el Derecho Administrativo para el desempeño de servicios profesionales retribuidos de carácter permanente.
Un chiringuito es algo más difícil de definir, pero viene siendo una ocupación del dominio público destinada a la prestación de algún servicio de modo que sea compatible con el uso de ese dominio público. Pero hay muchos tipos de chiringuitos.
El chiringuito de playa es una construcción, en principio temporal, en la que los turistas pagan un precio más o menos desorbitado por las consumiciones, de modo que el sobrino del que maneja el cotarro se saque unos cuartos, libres de impuestos y seguros sociales, y pueda invitar a los colegas a tomar cubatas por la patilla, tanto para no aburrirse como para ambientar el negocio y que parezca que allí se mueve algo.
El chiringuito de parque es ese que en temporada alta resta clientela a la tienda permanente de frutos secos y a través del cual, según dicen las malas lenguas, se provee de sustancias ilegales a los adictos de la zona.
En la Administración General del Estado el chiringuito es la Fundación, en la que el político de turno coloca a dedo a una buena colección de afines que no serían capaces de aprobar una oposición, encontrar un trabajo por cuenta ajena o emprender su propia actividad profesional. Es la herramienta a través de la que adjudica a los amigotes proyectos golosos saltándose las políticas de austeridad del gasto público o sus propios criterios de licitación.
Lo dicho, si se trata de facilitar el acceso a refrescos fríos, favorezcan que los abuelos del parque puedan cruzar la calle para conseguirlos en la bodega que las está pasando canutas con la crisis. O pongan una fuente. Si es necesario, paguemos a alguien que reparta latas a un precio tasado.
Pero no me pongan a repartir dinero público a alguien cuyo principal aliciente es prepararse una puerta giratoria para colocarse en alguna organización a la cual adjudica los escasos recursos de todos.
2 respuestas a «Menos chiringuitos y más funcionarios.»
Gran post Alberto,
Pero es que además en el sector ambiental los chiringuitos son los encargados de promover el emprendimiento, sus empleados colocados a dedo en la administración y que no han montado en su vida ni un puesto de pipas, son de repente los «gurus» de la economía verde y te dan lecciones sobre viabilidad de nuevas empresas.
Ciertamente Juan, es triste que en este sector ambiental parezca que todo vale, lo utilizan para hacer carrera política, garantizarse puertas giratorias… y lo único que consiguen es quemar oportunidades para aquellos que realmente se dedican a ello con interés.
Habrá que darle una vuelta y poner el foco sobre este aspecto que, especialmente en el tema del emprendimiento verde, tiene mucha tela que cortar.