Estos días de atrás Julen escribía un emotivo post sobre la proximidad del décimo aniversario de su blog en el que reflexionaba sobre el envejecimiento y muerte de los blogs.
Está ahí, leal como un perro, pero también es cierto que a un perro es lógico que lo veamos morir. En vida lo quisimos casi tanto como a un humano. Pero es ley de vida que asistamos a su muerte. Duro y sin embargo lógico. Este blog morirá.
Que no queramos verlo no quiere decir que no ocurrirá, pero la realidad es esa. Por falta de motivación, interés, cambio de prioridades… un montón de factores desencadenan la desaparición de los blogs. Sea como fuere la red está plagada de enlaces huérfanos de aquellos post que les dieron a luz.
En ocasiones es una mudanza, el blog evoluciona y cambia de sitio y aspecto en un nuevo dominio. Pero en otras es una defunción en toda regla. Y el sector ambiental no se libra de ellas. A modo de ejemplo, una vela a la esperanza sigue luciendo en ambientologo.com, pero Emilio ya no nos deleita con sus reflexiones.
El caso es que vengo de dar una vuelta por las tripas de ambientologosfera.es y de enterrar unos cuantos feeds que han dejado de ser funcionales. Algunos eran de apartados personales en webs corporativas, cuya desaparición quizá suponga el paso a mejor vida profesional de sus autores. Otros de proyectos personales que han evolucionado en iniciativas de emprendimiento con nuevas y flamantes marcas. También hay proyectos emprendedores que han pasado al cajón de los recuerdos después de un par de años de aventura.
A pesar de la capacidad de la red de redes para recordar, cuando acaba el periodo de facturación del dominio sin una nueva renovación o se incumplen las políticas de actualización del hosting gratuito los blogs van cayendo, con sus reflexiones en voz alta, sus comentarios, sus contenidos multimedia… quedan sepultados bajo un error 404: no se encuentra. En el peor, y bastante frecuente, de los casos el dominio ha sido usurpado por una red de anuncios de viagra, masajes orientales o lo que sea que quiera intentar venderse a los incautos visitantes del difunto blog. Los blogs ambientales también mueren, pero no siempre van al cielo.
¿Echarás de menos «productor de sostenibilidad» el día que desaparezca?
5 respuestas a «Los blogs ambientales también mueren»
Quizá debamos tomarlo como viene, es ley de vida. Nacemos, crecemos, nos reproducimos. Morimos. Sí, también iremos para el otro barrio y a ver cómo está aquello de infoxicado cuando lleguemos 😛
Así es Julen, ley de vida. Espero que el otro barrio no sea un infierno de infoxicación.
Un abrazo.
Yo creo que el blog es una parte de la persona, en el blog se plasman los intereses, las preocupaciones o las ambiciones de cada uno. En ocasiones los intereses o prioridades cambias o las ambiciones son alcanzadas y el blog poco o poco va quedando relegado en las prioridades de la vida del autor.
Yo he pasado sin escribir casi todo el verano por motivos personales y, aunque me apetecía escribir y tenía nuevas ideas e inquietudes no podía reflejarlas en el blog.
Respecto a la tu pregunta, SÍ, te echaríamos de menos!
Saludos!
Gracias Isa, me alegra saber que estás en el bando de los que se toman el blog como algo personal y por tanto sujetos a cambios y evolución, seguro que eso hace a La hipótesis Gaia más resiliente y nos permitirá disfrutarlo más tiempo.
Saludos.
[…] que permite participar en la conversación distribuida en Internet a la certeza de que los blogs ambientales también mueren. En este tiempo han evolucionado muchas cosas, la persona, el entorno, le soporte… Ha sido […]