Allí estaba, como siempre, la parada del autobús. No había mucha gente, una señora morena con gafas, un hombre, una chica joven. Estarían esperando al 70, o al 4, a saber. Era sábado y la caída del sol había dejado tarde de paseo después de un día caluroso.
También había una furgoneta blanca. Muy grande. Venía a gran velocidad por la avenida. Demasiado deprisa ¿pretende adelantar al autobús por la derecha?
– ¡Qué hace! ¡Los niños! ¡Qué no miren!
La señora morena salió por los aires, su cuerpo frenó contra la marquesina y la furgoneta la empotró en mitad del cristal del espacio publicitario, doblado hacia el suelo.
112
– Rápido, es muy urgente, una furgoneta se ha subido a la parada del autobús… ha atropellado a varias personas. Sí en García Noblejas, en el cruce con…
Entonces dio marcha atrás.
– ¡Que se escapa!
Un coche gris se atravesó delante de la furgoneta, que quedó obstaculizada y se escucharon improperios contra el conductor.
– Emergencias de Madrid ¿Ha llamado usted a dar un aviso? ¿Puede confirmar la situación? ¿La marquesina del autobús corre peligro de desprendimiento? ¿Cuantos heridos hay?
Esos vecinos de mis padres que vienen por aquí se quedarán con ellos, así que cruzo y me acerco a responder con más seguridad.
El cuerpo de la mujer había caído al suelo, quedando atrapada entre un amasijo de hierros.
– No la muevan, por favor no la muevan.
– Sólo estaba mirando… tiene lleno de cristales… Decía una mujer mientras se apartaba.
Un chico con una camiseta blanca hablaba a la señora mientras comprobaba el pulso. Bastante fuerte, por lo que dijo.
– Una persona muy grave, atrapada en la marquesina y aparentemente dos más que necesitan atención.
El señor estaba tumbado en el suelo. Una mujer atendía a una chica sentada en el banco entre la parada de autobús y el quiosco de prensa, que, a esas horas, ya llevaba un buen rato cerrado.
– ¡Alberto! ¡Alberto! ¿Estás bien? Me gritaba un amigo parado en el semáforo en sentido contrario.
Seguía al teléfono, hablando con los bomberos, mientras le hacía señas para indicarle que sólo pasaba por allí.
Mucha gente, muchísima, alrededor. Algunos preguntaban si se había llamado a emergencias, muchos hacían fotos y más fotos con sus teléfonos móviles. ¿De verdad? ¿Para qué?
El techo de la marquesina seguía apoyado sobre la furgoneta. A esto se referían en la llamada de emergencias y no había sabido explicarlo. Alguien empezó a gritar.
– ¡Decidle que no la mueva! ¡Desgraciado! ¡¿Te das cuenta de lo que has hecho?!
– Por favor, no mueva la furgoneta, la parada se podría caer y herir a más gente. Salga y mire, está apoyada en su furgoneta.
La huella de una suela de zapato revelaba un patadón contra la puerta del conductor. Hablaba por el móvil, bajó del vehículo con la cara desencajada.
– No sé qué ha pasado.
– Respire hondo y estese tranquilo, nadie le va a hacer nada. Podría pasarle a cualquiera. ¿Necesita sentarse en el banco?
Empezaron a sonar las sirenas. Un chico en mitad de la avenida agitaba los brazos, llevaba un rato en el cruce, intentando que los coches redujesen la velocidad cuando se aproximaban a lugar del suceso y dirigiendo el tráfico para evitar que se formase un atasco.
El camión con las luces paró detrás de la furgoneta y empezaron a bajar bomberos.
– Por aquí, esta es la persona más grave, está encajada en la marquesina.
Siguieron llegando efectivos del SAMUR, policía municipal, policía nacional, más policía nacional.
Ya no pintaba nada allí. Donde había habido una señora morena esperando el autobús. Una mujer de 58 años que no había visto venir la furgoneta. Que seguramente tenía mejores planes para aquella tarde. A la que un fatídico instante le cambió la vida.
Gracias a la cuenta en twitter de Emergencias Madrid por las fotos con las que ilustro esta entrada y por informar sobre la evolución de los sucesos, ayuda a calmar el desasosiego que se queda ante la impotencia que se siente en estas situaciones.
Por cierto, si te ves en una así:
- Mantén la calma: es clave para poder evaluar la situación, informar, intervenir o lo que haga falta.
- Llama al 112: es el teléfono de asistencia al ciudadano ante cualquier tipo de emergencia. Funciona en toda España y Europa. Si has conseguido mantener la calma podrás aportar información relevante para la intervención.
- Estate pendiente del teléfono desde el que has llamado: puede que te llamen para confirmar la información, solicitar más datos…
- Comprueba el estado de los heridos y mantenerlos conscientes. Los servicios de emergencias llegarán pronto, por lo que, en líneas generales, se trata de comprobar que hay pulso y respiración y mantener una conversación calmada con los afectados.
- Señaliza y protege: que se vea que está pasando algo extraño para que el entorno tome las precauciones adecuadas, que no se acerque más gente, que los vehículos que circulan cerca lo hagan con precaución.
- No muevas a nadie: puedes provocar desgarros, agravar fracturas… y, en especial, no retires cascos u otras protecciones. Cuando lleguen los profesionales valorarán los posibles daños y, con los medios adecuados, procederán a desplazar a los heridos.
- Evita dar agua, refrescos, alimentos… dado que no sabemos el alcance de las lesiones ni las intervenciones que serán requeridas, lo mejor es no ofrecer bebida y alimento a los heridos, especialmente si los servicios de emergencias van a tardar poco tiempo en llegar.
- Aparta a la gente: más o menos respetuosamente hay que dejar espacio entorno a los heridos, y el lugar del suceso, de modo que se consiga un clima de tranquilidad, se facilite el acceso a los servicios de emergencias y, en caso de persistir algún riesgo, evitar nuevas lesiones.
- Informa: cuando lleguen los profesionales informa breve y claramente sobre las circunstancias relevantes que necesiten para hacer su trabajo.
Seguramente se me quedan cosas o quizá la lista no sea todo lo precisa que debería, pero este es el resumen que necesito hacerme para despejar la cabeza después del suceso, espero que sirva para que la próxima vez -ojalá no hubiese una próxima vez- reaccionemos mejor y seamos más útiles.
6 respuestas a «Aquí había una parada de autobús.»
Muchas gracias por tu rápida reacción. Nadie queremos vernos nunca en una situación como esa pero los primeros momentos son esenciales para las víctimas.
Gracias,muchas gracias.
Gracias por tu visita y comentario Estíbaliz,
Quizá deberíamos tener más formación y formación sobre emergencias. De vez en cuando nos vemos envueltos en situaciones imprevistas donde la capacidad de reacción es clave. Por eso creo que más allá de la noticia de sucesos es importante hablar de ello, compartir sensaciones y tratar de estar mejor preparado por si volviese a ocurrir.
Un abrazo.
Alberto.
Cuando pase por alli y vi la escena dantesca senti una subida de ritmo al pensar que alguna persona de mi familia pudiera estar en esa situacion al verte a ti Alberto con el telefono he intentando controlar la situacion crei que estabas implicado por suerte estabas bien aunque es muy lamentable que ocurrar cosas de esta indole que haya personas que sepan lo que hacer en determinados momentos es esencial Deseo que se repongan cuanto antes los heridos
Gracias por preocuparte Tomás,
Afortunadamente en el barrio hay personas dispuestas a echar una mano y que saben reaccionar en estas situaciones, espero que no tengamos que lamentar muchos accidentes como este, a pesar de que hay zonas en las se se circula si control.
Un abrazo.
En estos casos seguir la conducta PAS
1- proteger, comprobar que no va a haber riesgos mayores para las víctimas
2- alertar, llamar al 112, informar del sitio lo más importante, y seguir sus recomendaciones
3- socorrer, si no sabes qué hacer, mantente atento a tu móvil, probablemente los servicios sanitarios te llamarán para ampliar información y te especificarán que hacer
Gracias por tu actuación, soy uno de los rescatadores que acudió al accidente. Un saludo
Gracias por tu visita y comentario Alejandro,
A pesar de tener formación en prevención y haber trabajado en cuestiones relacionadas con gestión de riesgos, la situación me impresionó tanto que no era capaz de centrarme en aportar información relevante, como lo del techo de la marquesina. Me quedé muy impresionado con la persona atrapada, intentando evitar que la moviesen, porque entendía que podría ser más peligroso cambiarla de postura. A pesar de que había muchos curiosos sí había varias personas que controlaron la situación, como un chico que se quedó controlando el pulso de la mujer y otro que estuvo calmando el tráfico para evitar más colisiones.
Espero tener presentes las recomendaciones si me vuelvo a ver en una similar y, sobre todo, saber los profesionales que sabéis cómo resolver la situación de la mejor manera posible estáis al otro lado del teléfono por y para algo.
Gracias.