Es un mensaje sencillo, corto y rápido: «Lávate las manos y no uses guantes». A la pandemia causada por el virus SARS-CoV-2 estamos sumando el impacto que causa el aumento del productos de usar y tirar. En particular mascarillas y guantes desechables.
Sí. Hay una parte del consumo de estos productos vinculado a su uso sanitario y profesional. Inevitable en gran medida, totalmente necesario y justificado.
Pero en el día a día de la inmensa mayoría de la población hay una medida sencilla y fácil de aplicar que ayuda a prevenir el contagio de la enfermedad y los guantes de plástico: lavarse las manos con agua y jabón. Sencillo rápido, práctico, barato y eficaz. Y no genera residuos de plástico.
Sabemos lo que hay que hacer ¿Por qué no lo hacemos? ¿Por qué no lo repetimos a todas horas en los medios de comunicación? En vez de eso una y otra vez sale en televisión alguien, a ser posible relacionado con la industria del envase de usar y tirar, diciéndonos dónde sí y dónde no debemos tirar los guantes usados.
Y si no es alguien de Ecoembes es alguien que representa al negocio de las grandes superficies comerciales. O de alguna gran empresa de distribución y saneamiento de aguas. Porque no es sólo que abandonemos los guantes en cualquier parte, es que también hay quien no tiene nada mejor que hacer que tirarlos por el retrete. El drama está servido.
Pero no se les ocurre decir en radio, prensa o televisión: señoras y señores lávense las manos y dejen de comprar guantes de usar y tirar. Ni a los de las empresas de depuración de aguas.
¿Por qué? Porque somos así de tibios y nos manejan así de bien. La maquinaria publicitaria es así de sutil. Y la tocada imagen del plástico necesita un lavado para posicionar el plástico como el gran salvador para todos nuestros males.
Pues no. La contaminación por plásticos sigue siendo uno de los grandes desafíos pendientes de la humanidad. El consumo abusivo de plásticos nos está matando. Y está contaminando los ecosistemas que nos dan de comer.
En mitad de la pandemia la maquinaria propagandística despliega todos sus recursos para seguir alimentando el consumismo. Guantes por todas partes y consejos sobre qué hacer con ellos.
¿Reducir su consumo? Ni de broma. Ni hablar de ello. Toma unos plásticos gratis para entrar a mi gran superficie. Te plastificamos a ti para que no te parezca mal comprar fruta plastificada. ¿A que ahora te da menos remordimientos llevarte la carne en bandejas de plástico retractiladas con film transparente? ¿Quiere bolsa señora?
Implantan los guantes en nuestro subconsciente para crearnos la necesidad de comprar unos. Y que los utilicemos. Porque somos mejores que esos incívicos que los tiran en cualquier parte. Nosotros somos capaces de comprar guantes, usarlos correctamente y depositarlos en el contenedor de los plásticos… no, espera ¿dónde se reciclan los guantes y las mascarillas?
Y así con todo. En vez de ir al origen del problema y resolverlo, perdemos el tiempo con maniobras de distracción que nos alejan de las soluciones. Y nos hacen perder un tiempo muy valioso en esa carrera por conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible o por reducir las emisiones de efecto invernadero o frenar la contaminación por plásticos.
Los plásticos de usar y tirar nos dan una falsa sensación de seguridad frente al riesgo de contagio de la enfermedad COVID19 y aumentan, de manera difícil de justificar salvo para quienes tienen intereses en su fabricación y uso masivo, el daño que hacemos sobre nuestro planeta.
El Día Mundial del Medio Ambiente la ONU nos llama a actuar por la naturaleza. Si quieres hacer algo por la naturaleza: lávate las manos y no uses guantes. Hazlo por el planeta, por ti, por los tuyos o por lo que más quieras. Pero hazlo: deja de usar guantes y lávate las manos.