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Los números de mi primer libro autopublicado.

Parece que hay que cerrar el año haciendo balance. Y este 2020 no me apetece mucho. Sí es cierto que, en líneas generales, no tengo queja, pero cualquier aproximación a mi situación personal, profesional o familiar seguirá siendo provisional mientras tengamos que convivir con la pandemia que nos acompaña en estos momentos. Así que, puestos a hacer números, me he centrado en otra cuestión que puede venir bien de cara a los propósitos para 2021. A los míos personales y, espero, a los de otras personas que se estén planteando el esfuerzo de escribir y publicar un libro.

Hace ya 3 años me embarqué en la aventura de publicar mi primer libro. Las prisas por celebrar el décimo aniversario de este blog y aprovechar el hipotético tirón que pudiese tener el Premio 20 Blogs al mejor blog de medio ambiente, me llevaron a decidirme por colgar en Amazon una selección de las entradas “con más chicha”, revisadas, adaptadas y organizadas por temas.

Así nació “Pero… ¿tiene arreglo?: 10 años de reflexiones sobre sostenibilidad. Productor de Sostenibilidad 2007 – 2017”. Con un título acotado en fechas y un formato de recopilación de artículos, nacía sentenciado. Es algo de lo que entonces no era consciente, pero de lo que rápidamente me avisaron varias personas con más visión comercial de la que yo pueda tener. A pesar de ello, a día de hoy sigue vendiendo algún que otro ejemplar y raro es el mes que, bien en formato electrónico, bien en formato papel, no cae alguna venta.

En total hay algo más de 500 copias de “Pero… ¿tiene arreglo?” dando vueltas por el mundo. El 80% sigue siendo en papel, frente a un 20% en formato electrónico.

Una cifra de la que puedo estar orgulloso según se lee en el relato desde la experiencia de este editor o las estadísticas con las que se explica aquí qué es un best seller. Esas ventas se traducen en unos 600 euros de ingresos, también en la línea de lo que, parece, cabe esperar sacarle a un libro publicado. Por supuesto no son todo beneficio. Inicialmente, algunos de los libros de la cuenta anterior salieron de mi bolsillo como regalo a algún amigo o familiar, incluso enviados a algún profesional de la comunicación con la esperanza de que lo leyese y hablase de él.

En resumen, no he palmado pasta, pero si me hubiese venido arriba contratando servicios editoriales de revisión, maquetación, promoción y similar, posiblemente este primer libro hubiese sido un negocio ruinoso. Agradeceré eternamente a José que me hiciese la portada por amor al arte.

Pasar el libro a papel, como he contado en otras ocasiones, me ha aportado más en otros ámbitos que en el meramente monetario. En primer lugar llegar a personas que no habían leído y, posiblemente, no hubiesen leído el soporte original de mis reflexiones. Entre ellas miembros de mi propia familia. Contar con el prólogo de Santiago Molina y el epílogo de Alejandro Maceria, dos profesionales a los que admiro y respeto, me ayudó a comprender la importancia de las reflexiones que había seleccionado y la necesidad de seguir compartiendo inquietudes en voz alta.

Lecturas de otras personas acostumbradas a leer y escribir me ayudaron a entender que estaba muy lejos de dominar el arte de la literatura y sus técnicas. Especialmente importantes fueron las correcciones sugeridas por Laura, a quien tendría que haber enviado el libro antes de su publicación. Lo bueno de una plataforma de impresión bajo demanda es que se puede corregir el manuscrito y las siguientes copias salen mejoradas, pero algunas decenas de ejemplares salieron inicialmente en una versión llena de fallos, entre otros, ortotipográficos.

En definitiva, con esta primera experiencia aprendí la importancia de darle cariño a un texto después de darlo por terminado. Y de no confiar en que por llevar 10 años publicado y tener varios comentarios un artículo está libre de erratas.

Pero, sobre todo, publicar en Amazon me trajo críticas (constructivas) y una reflexión sobre la decisión que había tomado: ¿por qué regalas tu trabajo al ogro de la distribución? Una pregunta y muchas conversaciones. Incluyendo una con Àngels que me llevó a la aventura de publicar un segundo libro. Esta vez con una editorial “de verdad”, en una apuesta por una iniciativa local y de proximidad. A pesar de, como reflexionaremos en otra entrada, escapar de Amazon no resulta del todo fácil.

Si todavía no has leído “Pero… ¿tiene arreglo?” puedes encontrarlo en varias bibliotecas y centros de documentación. O hacerte con una copia en Amazon.

Quizá el título no es de lo más acertado para una obra con proyección a largo plazo, pero los contenidos no han envejecido mal. Muchos son reflexiones que siguen vigentes –a pesar de haber nacido pegadas a la actualidad del momento en que se escribieron-, otros son artículos atemporales que ayudan a comprender y manejar conceptos sobre medio ambiente y sostenibilidad. También hay algunas recomendaciones prácticas para reducir el impacto en nuestro día a día o mejorar la gestión ambiental en las organizaciones para las que trabajamos.

En cualquier caso, espero que esta entrada te sirva para comprender un poco más lo que cabe esperar de un libro autopublicado. Al menos de una publicación “de nicho”. Si lo que estás buscando es “triunfar” en la vía monetaria, dedícate a la novela romántica, que parece ser el camino. Para todo lo demás… consulta con un editor al que le encaje lo que te traes entre manos.

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