Con la publicación del “Informe relativo al cálculo de la recogida separada de botellas de plástico de un solo uso para bebidas en el año 2023” por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, se abre una nueva etapa en la gestión de residuos.
El incumplimiento del objetivo para 2023 de la recogida separada de un 70% en peso de las botellas de plástico de un solo uso respecto al introducido en el mercado implica la puesta en marcha de un sistema de depósito, devolución y retorno de envases (SDDR).
La medida, que llega con 30 años de retraso desde que se plantease en Ley 11/1997, de 24 de abril, de Envases y Residuos de Envases, establece la obligación, para envasadores y comerciantes de producto envasado, de aceptar la devolución y retorno de los envases de aquellos productos puestos por ellos en el mercado.
Un volumen importante de los residuos de envases se podrá devolver en los establecimientos que los comercializan. Qué ventajas tiene recoger envases en un SDDR:
- El consumidor recibe de vuelta una cantidad, abonada en el momento de la compra en concepto de depósito, al retornar el envase vacío al sistema.
- Los envases sujetos al SDDR dejan de ser un coste para la recogida municipal. El funcionamiento y mantenimiento del sistema de recogida quedan dentro del modelo de negocio de la distribución de producto envasado.
- Reducen los costes de limpieza viaria y el impacto por basuras dispersas, en tanto que todos los usuarios tienen un incentivo para entregar el envase vacío de vuelta al sistema.
- El tratamiento de los envases recogidos con SDDR es más eficiente y eficaz porque no hay que rescatarlos de contenedores de colores donde se han mezclado con otras cosas: recude costes y mejora calidades.
- Mejoran las opciones de convertir el material en nuevos productos y aumenta el reciclaje.
La clave del funcionamiento de un SDDR es la recogida individualizada de los envases vacíos en el punto de venta. Con dos ventajas sobre la recogida en contenedores de colores:
- Transparencia sobre la cantidad de producto envasado comercializado y la tasa de envases vacíos recuperados: el consumidor, el comerciante y el distribuidor tienen intereses enfrentados que permiten hacer un seguimiento y contrastar los datos del sistema de responsabilidad ampliada del productor.
- Recogida separada: los envases sujetos a SDDR no se mezclan con otros residuos, favoreciendo un tratamiento más barato y un material atractivo como materia prima para reciclaje.
Otra consideración importante es que el SDDR no necesita identificarte para funcionar. Al operar sobre un montante económico es totalmente anónimo: quien entrega el envase vacío recibe el importe del depósito, sin necesidad de registrar datos de carácter personal. Esto será así, sobre todo, en los pequeños comercios que operen manualmente.
Así pues, para que funcione el SDDR tiene que ocurrir con un proceso de devolución de envases en los establecimientos que comercializan el producto envasado. Esto se puede hacer de manera manual o mediante las máquinas que se suelen asociar al SDDR. Las máquinas son una decisión de automatización que deben asumir los envasadores. También los costes de implantarlas, no olvidemos que es su obligación legal hacerse cargo de la recogida del residuo de envase, cosa que con los contenedores de colores no están haciendo.
Las grandes cadenas de distribución llevan oponiéndose a esta medida y preparándose para cuando, definitivamente, les fuese impuesta por no cumplir los objetivos de recogida y reciclaje de residuos de envases. Cabe esperar que, llegado el momento, se apliquen en boicotear el correcto funcionamiento del SDDR.
Por ello conviene identificar falsas soluciones que no son SDDR y que podrían descarrilar las medidas encaminadas a mejorar la recogida y gestión de los residuos de envases. No sería un SDDR:
- Los sistemas de devolución y recompensa (SDR): muy hábilmente a medida que cogía fuerza el SDDR la industria empezó a promover los SDR. Es una estrategia de confusión muy interesante, entre otras porque suena muy parecido. Pero no es lo mismo. Mientras el SDDR cobra un depósito que se retorna al usuario con la devolución del envase usado, el SDR es un sistema que da puntos o algún tipo de bonificación por entregar residuos. Mientras SDDR es un mecanismo que busca internalizar los costes de la recogida y gestión de residuos de envases (si participas en el sistema de recogida recuperas una cantidad que dejaste en depósito cuando compraste producto envasado); SDR busca fomentar el consumo de envases de usar y tirar: más envases gastas más puntos ganas.
- RECICLOS: es el SDR puesto en marcha por Ecoembes para boicotear la puesta en marcha del SDDR. Su objetivo no es otro que calmar al usuario que demanda las maquinitas que hay en otros países europeos para la recogida de envases. Calca el modelo, pero en vez de ser un SDDR es un SDR: tienes que registrarte en una aplicación que va en tu móvil personal, recopilas puntos… si encuentras una máquina que acepte los envases y no esté bloqueada por envases que otros usuarios intentaron entregar al sistema sin éxito. Eso sí, regalas a Ecoembes tus datos personales con indicación de qué consumes así como de dónde y cuándo lo tiras.
- Contenedores inteligentes: otra falsa solución promovida desde la industria del envase de usar y tirar son los contenedores inteligentes. También funcionan mediante puntos y bonificaciones, en un esquema SDR. Básicamente es una capa tecnológica sobre los contenedores existentes. Un sistema que encarece una recogida que se ha demostrado obsoleta. En este caso se busca confundir a alcaldes desinformados para colocarles una falsa solución que sigue mezclando envases y trasladando los costes de recogida a las cuentas municipales. Especialmente lamentable cuando los premios y las bonificaciones son a cuenta de los presupuestos o los servicios locales.
Así pues, es importante no perder de vista que el SDDR llega por el fracaso de la recogida en contenedores de colores. Y que se trata de corregir la anomalía en la gestión de residuos con la que envasadores y distribuidores de producto envasado trasladan costes propios de su actividad a los ayuntamientos.
Espero que esta entrada ayude a evitar confusiones y a prevenir la implantación de falsas soluciones. De las conocidas y las que van a venir. Para que funcione necesito que lo compartas y lo comentes con tu entorno y, si es posible, se lo hagas llegar a tu alcalde o a otras personas que conozcas que tengan capacidad de tomar decisiones.
Tienes los comentarios del blog a tu disposición para contar tu experiencia con los sistemas de recogida de envases ¿Has participado en alguno? ¿Cuál crees que funciona mejor? Nos leemos.
2 respuestas a «¿Qué es (y qué no) un SDDR?»
Interesante información. Procuraré difundirla entre mis conocidos.
Muchas gracias.