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Gestión de residuos

¿Cuánto material recuperado se incendió en 2024?

Durante el año 2024, al menos, 22 instalaciones de gestores de residuos homologados por Ecoembes para la recuperación y el reciclaje de materiales procedentes de la recogida selectiva de envases ligeros salieron ardiendo. 10 de las empresas siniestradas son adjudicatarias de materiales para reciclar ¿Qué cantidad de material procedente de la recogida selectiva de envases ligeros se ha perdido en estos desafortunados incidentes? ¿Qué implica esto para la economía circular?

El año 2024 pasará a la historia por que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico evidenció que las cifras de reciclaje de Ecoembes no se corresponden con la realidad del flujo de residuos. El “Informe relativo al cálculo de la recogida separada de botellas de plástico de un solo uso para bebidas en el año 2023” demostró que no se recogía selectivamente ni el 42% de las botellas de plástico de un solo uso.

El reciclaje es algo que, en el mejor de los casos, viene después. Los residuos recogidos en contenedores de colores se llevan a plantas de recuperación, en las que se separan por tipos de material. Posteriormente se someten a distintos procesos y, en el mejor de los casos, se convierten en materias primas que la industria incorpora en la fabricación de nuevos productos.

No todo el material cierra el círculo. Si los datos de recogida son decepcionantes, los de reciclaje efectivo son todavía más modestos. Intervienen muchos factores. Uno, crítico, es la gran cantidad de incendios que ocurren en instalaciones de tratamiento y gestión de nuestros residuos.

Blog Sostenible y Fernando Follos mantienen listados de noticias publicadas en medios que hacen referencia a siniestros en empresas que trabajan con residuos. Según el análisis de Fernando: El año 2024 bate todos los records conseguidos hasta el momento acumulando 143 incendios, un 30% más que el año anterior, que también fue de récord. A partir de esa información podemos llegar a los datos con los que empieza esta entrada.

La primera limitación es identificar los sucesos. No hay un registro público donde se recojan. La principal fuente de información son las personas que alertan en internet y los medios que publican información al respecto. No suele ser fácil situar el siniestro en un lugar concreto. Más allá de la localización aproximada de una columna de humo visible desde un municipio o que emerge desde un polígono industrial.

A base de cruzar información se puede ir aproximando algo más. Revisar fotografía aérea, registros de gestores, listados de empresas homologadas, resultados de adjudicaciones… Con algo de trabajo es posible identificar algunas de las empresas afectadas. No siempre.

Para llegar al dato que presento he revisado 147 sucesos reportados. De ellos unos 120 pueden ser ubicados con bastante precisión. He descartado aquellos que se refieren a residuos que no son envases ligeros sujetos a recogida selectiva (instalaciones de tratamiento de residuo textil, desguaces de vehículos, residuos orgánicos o biomasa), así como fases de la gestión de residuos que no entrarían el el ámbito de actividad de los recuperadores homologados objeto de estudio (acopio en puntos limpios, recogida, clasificación o vertedero).

Determinar qué empresa es la que ha sufrido un siniestro concreto es complicado porque la información que aparece en las noticias normalmente no es concluyente. Es raro que se indique el nombre de la empresa. Otras veces aparece una dirección que no se corresponde con la ubicación real del siniestro.Las aproximaciones, en ocasiones, se refieren a polígonos industriales en los que abundan empresas de gestión de residuos, siendo difícil asignar el siniestro a una en concreto.

El análisis de imágenes aéreas de la zona puede dar pistas, siempre que exista alguna disponible posterior al suceso. Las fotografías en prensa también ayudan, cuando incorporan detalles adecuados para atribuirlas a una instalación en particular.

Para evitar problemas, me quedo con las empresas que efectivamente se pueden identificar: 22 recuperadores homologados por Ecoembes han sufrido incendios en sus instalaciones durante 2024. Y, al menos, 10 de esas empresas son adjudicadoras de material recuperado de la recogida selectiva. Esta vez no he hecho el trabajo de contabilizar cuantos incendios han ocurrido en cada ubicación, pero sí he detectado alguna que ha registrado varios durante 2024 y alguna más que suele aparecer, año tras año, en los listados de instalaciones incendiadas.

Llegar a las adjudicaciones supone revisar una cantidad importante de documentación. A pesar de las reivindicaciones de distintas partes implicadas y del requerimiento de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), seguimos sin una página web pública donde se pueda consultar qué cantidad de material recuperado del contenedor amarillo se asigna a qué empresas.

Hay una colección de archivos pdf en los que pasar horas y horas buceando. Allí, con mucha paciencia, tiempo y ganas, se puede consultar qué lote se asignó a qué empresa. Pero poco más. Con una buena base de datos sería fácil concretar qué empresas resultaron adjudicatarias de material y cuánto recibieron. Un dato necesario para saber qué cantidad pudo perderse en cada siniestro. Disponer de informaciones de entradas y salidas en cada instalación, con indicación de origen y destino de los residuos, sería clave para llegar al fondo del asunto. En teoría (en aplicación de la legislación vigente) existe, en la práctica no parece que esté funcionando como debiera.

Como cosas curiosas con las que me he tropezado durante el trabajo destacaría que una de las empresas, reincidente habitual en los listados de incendios, emite certificados de residuo cero para los clientes con los que trabaja.

También las palabras de un responsable de Ecoembes destacando la importancia de reciclar poco y bien. Si recogemos poco y una parte indeterminada sale ardiendo en las instalaciones de recuperación ¿Cuánto reciclamos bien?

Pues eso es lo que no sabemos. Hay un volumen indeterminado de material, recuperado del contenedor amarillo, que se pierde por los caminos de la economía circular sin llegar a ninguna parte. Y no deberíamos hacernos trampas al solitario:

  • Cuando arden estas instalaciones los primeros afectados son los propios gestores de residuos: pierden su actividad, se cuestiona su modelo de negocio y se encuentran con dificultades cada vez mayores para acceder a los seguros requeridos para ejercer su actividad.
  • La seguridad de los trabajadores y la de los vecinos es la siguiente víctima de estos siniestros.
  • La contaminación atmosférica, del suelo y de las aguas que acompaña a cada incendio de materiales residuales nos afecta a todos, comprometiendo nuestra salud y la de quienes vienen detrás de nosotros.
  • Los compromisos corporativos con la economía circular quedan en papel mojado.

Por todo ello es importante atender el flujo material de los residuos. Ahora que se ha evidenciado que la contabilidad creativa de los sistemas de responsabilidad ampliada del productor no se corresponde con la realidad hay que avanzar en soluciones reales.

La primera: garantizar que se cubren los costes necesarios para que se materialicen las promesas de circularidad. Incluyendo los requeridos para la gestión segura de los residuos.

¿Qué hace falta para evitar que los envases vacíos entregados por los usuarios a los sistemas de recogida acaben ardiendo? ¿Mecanismos de detección y recuperación de baterías de litio? ¿Mejorar las instalaciones de acopio y almacenamiento? ¿Dotar a los gestores homologados de sistemas de prevención, detección y extinción de incendios?

No podemos perder de vista que el coste de privar a los gestores de residuos de medidas para evitar incendios en sus instalaciones se distribuye entre todos en forma de emisiones de efecto invernadero, contaminación, instalaciones paradas, pérdida de puestos de trabajo, daños…

La legislación es clara: quien pone en el mercado un producto que con su uso se convierte en residuo tiene que asumir los costes de su recogida y gestión ¿Por qué no lo están haciendo? ¿Por qué permitimos que tanto esfuerzo de separación, clasificación y tratamiento se pierda bajo las llamas?

Mientras siga creciendo el número de incendios en instalaciones de gestión de residuos, toca seguir reclamando transparencia. Los responsables últimos de asumir los costes de prevención seguirán tratando de desvirtuar el debate y acusando a los que señalamos el problema de desincentivar el reciclaje. Pero el camino es evidenciar dónde van a parar nuestros esfuerzos y qué se necesita para mejorar la gestión.

Por eso, si detectas información relevante es importante que la compartas. A falta de un registro público y publicado de incendios en instalaciones de gestión de residuos, tendremos que seguir confiando en la información disponible en los medios de comunicación.

Entiendo que, para evitar posibles represalias, algunos periodistas no se mojen a la hora de concretar dónde está ocurriendo un siniestro en concreto. Debe ser duro trabajar en un sector financiado por quienes causan los problemas sobre los que habría que informar. Pero hay muchas formas de aportar datos que permitan, a quienes se ocupan en esta cuestión, profundizar en el estudio del fenómeno.

Ojalá las administraciones competentes, local, autonómica y estatal, tomen cartas en el asunto y exijan responsabilidades a la altura de la conciencia ambiental de las personas, los compromisos adquiridos en materia de reciclaje y las promesas de economía circular que nos hacen las corporaciones.

Espero que esta entrada fuese de tu interés. Si es así no dudes en compartirla para contribuir a la concienciación sobre este problema. Tienes a tu disposición los comentarios para aportar cualquier información que consideres relevante. Gracias por leerme.

2 respuestas a «¿Cuánto material recuperado se incendió en 2024?»

Que fácil sería para un puñado de alumnos del último año de ciencias ambientales espabilados y bien dirigidos presentar un trabajo de final de grado de investigación de todo ello. Revisar PDF’s, revisar datos, proyectar informes como el que haces mención a otros SCRAPS… En dos meses se desmantela todo de todos. Soprende que ni los periodistas de investigación ni los que estamos por vocación nos pongamos a ello.

Así es Jorge,

Supongo que cuando Coca-Cola, Ecoembes y demás se dedican a financiar cátedras universitarias, centros de investigación y similares lo hacen con objetivos y propósitos concretos.
El problema de fondo es que se necesitan recursos para recopilar y estudiar la información. Y que las grandes corporaciones destinan muchos a evitar que se cuestionen sus modelos de negocio, por insostenibles que sean.
Mientras se pueda iremos abriendo melones, por si alguien dispone de la capacidad de seguir avanzando.
Saludos y gracias por tu comentario.

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