En el Perfil de España sobre la gestión de residuos municipales y de envases publicado en marzo de 2025, la Agencia Europea de Medio Ambiente hace un repaso a la situación, con cuatro mensajes clave:
- La generación total de residuos en España sigue una tendencia decreciente considerando los residuos de minería, construcción y demolición (si se excluye este grupo aumenta). En general, la generación de residuos sigue aproximadamente las tendencias de crecimiento económico.
- España registra una tasa de reciclaje de envases superior al objetivo de reciclaje de 2025; sin embargo, esta tasa podría estar sobrestimada.
- España ha aumentado ligeramente la tasa de preparación para la reutilización y el reciclaje, reduciendo el vertido de residuos municipales, pero se requieren esfuerzos significativamente mayores para alcanzar el objetivo de 2025 en materia de preparación para la reutilización y el reciclaje, y el objetivo de reducción del vertido para 2035.
- Es necesario mejorar la eficacia del sistema de recogida selectiva, especialmente para los biorresiduos, e incentivar la clasificación en origen. Los residuos de envases de plástico también requieren mayor atención. Los efectos de las nuevas políticas, introducidas en 2022 con la Ley de Residuos y Suelos Contaminados en una Economía Circular, aún están por verse.
Leído en diagonal y sin más pretensión, el informe da para el triunfalismo y las palmaditas en la espalda. Para la consabida complacencia patria en materia de residuos. Pero para ser rigurosos hay que fijarse en los detalles.
Sin duda, la buena noticia es que la generación de residuos ha disminuido ligeramente en la última década. En 2022, generamos 467 kg de residuos municipales por persona, por debajo de la media estimada para la EU-27, unos 513 kg de residuos por persona.
Las tasas de preparación para la reutilización y de reciclaje mejoraron entre 2010 (29%) y 2022 (39%), pero están significativamente por debajo de la media estimada para la EU-27 (49%). El dato puede empeorar cuando, a partir de 2027, cuando se apliquen los requisitos actualizados para contabilizar el reciclaje de materia orgánica.
El documento también recoge que, a pesar de que España reporta el cumplimiento del objetivo del 55% para 2025, en las tasas de preparación para la reutilización y el reciclaje, el dato está pendiente de validación por Eurostat.
Entrando en la gestión de residuos de envases, se recoge el aumento desde 2010 en la generación en esta partida, llegando a 183 kg por persona en 2022, dato próximo a la media estimada para la EU-27, 186 kg por persona.
El dato de reciclaje de residuos de envases aumenta entre 2010 y 2022, llegando al 69%, con una fuerte influencia del dato de papel y cartón, que figura como la fracción predominante. Salvo en el caso del plástico, los materiales cumplirían los objetivos de reciclaje a 2025, si bien las nuevas reglas para el cálculo de datos disminuirían las tasas de reciclaje en plásticos, vidrio y acero.
Y aquí llega el aviso importante: existen indicios de que los residuos de envases generados no se declaran en su totalidad y, por lo tanto, la tasa de reciclaje está sobrestimada.
A partir de estos datos el documento repasa las políticas establecidas para fomentar medidas de prevención de residuos y aumentar el reciclaje. Entre otras cuestiones, se hace referencia a la situación del sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) de envases y los datos de recogida selectiva para las botellas de plástico de un solo uso, publicados en noviembre de 2024, que indican una tasa de recogida del 41,3 %, por lo que se debería implantar un SDDR obligatorio.
Partiendo de esa información, se dibujan las perspectivas sobre el cumplimiento de los objetivos de reciclaje y vertido. La Agencia Europea de Medio Ambiente avisa del riesgo de España de incumplir:
- los objetivos para 2025 del 55 % en la preparación para la reutilización y el reciclaje de residuos municipales,
- el objetivo para 2035 de reducir el vertido de residuos municipales al 10 %,
- así como el de reciclaje de envases de plástico, envases de aluminio y envases de papel y cartón.
También destaca que España supera en 40 puntos porcentuales el objetivo de vertido para 2035, por lo que necesita acelerar el progreso para evitar que los residuos municipales terminen en vertederos.
Sobre los residuos de envases, indica que se requieren mayores esfuerzos para avanzar hacia tasas de reciclaje más altas, especialmente para los residuos de envases de plástico.
Igualmente, se recuerda que la Comisión emitió una serie de recomendaciones políticas para mejorar la gestión de residuos de España:
- Apoyar la preparación para la reutilización de residuos municipales y los sistemas de reutilización de envases.
- Seguir desarrollando y optimizando la infraestructura de tratamiento de residuos relacionada con los niveles superiores de la jerarquía de residuos, y garantizar una capacidad de tratamiento adecuada para los biorresiduos recogidos selectivamente.
- Implementar restricciones al vertido de todos los residuos aptos para el reciclaje e incentivar a los municipios a mejorar la eficacia de la recogida y el reciclaje de residuos mediante la aplicación de tasas sobre el vertido.
- Introducir mecanismos de cumplimiento para aclarar la asignación de responsabilidades y fortalecer la coordinación entre las autoridades regionales y locales y las organizaciones de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) para cumplir los objetivos de reciclaje.
Así las cosas, parece que el panorama está claro. A pesar de algunos avances destacables y la proliferación de medidas en la línea correcta, es necesario un esfuerzo mayor en la implantación de esas medidas y su aplicación. Los enjuagues estadísticos nos permiten salir bien en la foto, pero la realidad material de los flujos de residuos evidencia que hay mucho por hacer. No basta con hacer campañas de concienciación y sensibilización, toda materializar soluciones reales que, en aplicación de la responsabilidad ampliada del productor, permitan avanzar en una mejor gestión de los residuos.
Toca priorizar la jerarquía de residuos en vez de seguir optando por soluciones de final de tubería. Europa lleva tiempo dando avisos a España y esta vez es clara: las tasas de reciclaje están sobrestimadas porque las declaraciones de envases generados no se ajustan a la realidad de los que se ponen en el mercado.
Si realmente queremos cumplir con los objetivos tocará extender el ejercicio que se hizo con las botellas de plástico al resto de flujos de residuos (pdf): latas, envases de vidrio, papel y cartón, aparatos eléctricos y electrónicos, neumáticos, medicamentos, textil… de modo que se pueda estimar si realmente los sistemas de responsabilidad ampliada del productor están haciendo los deberes o se limitan a culpar al usuario final.
Es un momento clave, en el que la implantación de sistemas de depósito, devolución y retorno en los distintos flujos de residuos puede ayudarnos a superar una fase de propaganda y concienciación para pasar a otra de recuperación de productos y materiales para avanzar en economía circular.
La cuestión es si seguiremos entregándonos al enjuague de datos de quienes causan el problema o si empezaremos a adoptar las soluciones reales que vemos funcionar en otros lugares y se nos sugieren desde Europa.