Se cumplen 5 años desde que el 5 de octubre de 2020 llegaba a las librerías «Contenedor Amarillo S.A.» Un tiempo interesante para la gestión de residuos, en particular la gestión de residuos de envases. Han pasado muchas cosas desde entonces pero mi principal temor aquellos días (un cambio legislativo que dejase la lectura totalmente obsoleta), no se ha materializado. Es más, tal y como se han ido desarrollando los acontecimientos, la lectura sigue vigente. Si no lo has hecho todavía es un muy buen momento para leer “Contenedor Amarillo S.A.”
La publicación del libro estuvo marcada por el confinamiento derivado de la pandemia de COVID-19. Retrasó la impresión y permitió relecturas y revisiones pausadas del último borrador, dejando una lectura fluida, que se debe más al trabajo editorial durante los meses de encierro que a mi primer impulso.
La efeméride coincide con la publicación del informe para 2025 de la Agencia Europea de Medio Ambiente, en el que se se indica que, en cuestiones de economía circular, España camina en una dirección equivocada.
Sí, es cierto que actualizamos la normativa. La vigente Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular abrió una ventana a la posibilidad de mejorar significativamente la recogida y, por lo tanto, la gestión y la recuperación de los residuos de envases. Pero no tiene pinta de que los agentes implicados en hacer realidad un sistema de depósito, devolución y retorno estén por la labor de ponerse a ello pronto. Está en la ley, pero las trabas y el discurso van por otro lado.
El contenedor amarillo sigue como herramienta básica para la entrega de envases usados. Con toda su problemática:
- La capacidad y frecuencia de recogida distan mucho de cubrir la necesidad real.
- Cada día se ponen en el mercado más envases de usar y tirar.
- Las cifras de reciclaje no mejoran significativamente.
- La reutilización es anecdótica.
- La carga de los costes de recogida descansa sobre la Administración pública.
Sí hemos avanzado en algunas cuestiones. Así, ciudades como Madrid decidieron que el contenedor amarillo es un envase para recoger materiales, no solo envases de usar y tirar. Un paso importante que llegaba muy tarde. Y es que el contenedor amarillo, y con él la gestión de residuos municipales, está secuestrado por los intereses de la industria del envase de usar y tirar.
Otro avance destacable es que la normativa explicita que los sistemas de responsabilidad ampliada del productor deben hacerse cargo de los costes que generan los residuos. Incluidas las basuras dispersas.
Por cierto, seguimos permitiendo a la industria del producto envasado hablar de «basuraleza«y hacerse propaganda con lo que es su obligación legal. Y ese es parte el problema principal: la desinformación campa a sus anchas mientras la realidad sigue su curso.
También estuvo lo de los tapones. Que ha servido para retratar a todo tipo de personajes: desde los que no son capaces de pedir que les sirvan agua de grifo en jarra y con un vaso, a los que denunciaban a los ecologistas por el daño a las recogidas solidarias de tapones (con las que nunca habían colaborado porque era un invento ecologista).
También hemos extendido el modelo de responsabilidad ampliada del productor a otros flujos de residuos. En algunos casos con el riesgo de copiar el fracaso social, ambiental y económico que supone fijarse en el modelo del contenedor amarillo. En otros abriendo una posibilidad de competencia que veremos cómo se va materializando.
Entre las cosas que están cambiando en estos cinco años brillan con luz propia las tasas municipales de residuos ¿Una oportunidad para hacer las cosas bien? Sí, otra oportunidad desperdiciada en aras de mantener el modelo hipotecado por el contenedor amarillo.
En lo personal el libro ha sido una confirmación (ahora con luz y taquígrafos) de algunas de las cosas que allí se escribían. Con todo, es muy de agradecer a quienes se han atrevido a seguir dando voz a este “Ecoembes caca” a pesar de las presiones que se han evidenciado en casos más que llamativos.
A pesar del discurso cada vez más controlado por el dinero de la industria, algunos medios de comunicación y bastantes asociaciones han hecho por mantener el debate sobre la gestión de residuos. Esto me ha permitido expresar a distintos públicos aquello que recogía en las 300 páginas de “Contenedor Amarillo S.A.”, compartiendo inquietudes en distintos lugares y foros. Y estar en las estanterías de todo tipo de bibliotecas.
Como cosa chusca, la anécdota del “hater” que compró el libro para poder dejar su mensaje de odio en Amazon, evidenciando en una reseña que no había leído ni el primer capítulo. Cosas de exponerse.
Cinco años después igual cabe preguntar ¿Para cuando el próximo libro? Pues es complicado. Si bien es cierto que el balance global es positivo, me siento en deuda con la editorial. No sé hasta qué punto Fuera de Ruta ha recuperado su apuesta: editar, publicar, lanzar a la distribución al libro y pasearme por alguna feria son costes que no sé hasta que punto se cubren con el puñado de ventas del libro. Más cuando es una publicación cancelada por los patrocinadores en los medios donde podría haberse promocionado y llegado a un público más amplio.
En cuanto a lo de seguir publicando… En estos cinco años he participado en varias publicaciones, algunas a cuatro manos, con capítulos que han ido viendo la luz y la verán en los próximos meses. Ando cerrando un libro que tengo comprometido, pero no termino de encontrar tiempo para dejarlo listo para su revisión editorial. Todo se andará. Ganas de escribir y compartir inquietudes hay. Pero lo importante no es escribir el libro, la clave está en criar a los hijos, recoger los frutos del árbol y que el libro se lea.
Solo espero que la lectura resulte interesante ¿Has leído “Contenedor Amarillo S.A.”? ¿Qué te ha parecido?

4 respuestas a «5 años de Contenedor Amarillo S.A.»
Un muy buen libro, muchas gracias.
Muchas gracias
Me encantó! Hay que seguir con la saga, el verde, papel-cartón… El nuevo George Lucas! 😉
Muchas gracias… a ver si saco un rato, dan mucho juego.