Se ha convertido en una costumbre. Cuando llegan las ocho salimos a la ventana a aplaudir. La primera semana nos costó elegir, si por la cocina o por el salón, pero al coincidir con los vecinos de al lado y sus hijas el balcón del salón acabó ganando puntos. Cada tarde a las ocho dejamos […]
No te quedes con ganas de aplaudir
